...de Ushuaia a Alaska, allá vamos, porque a pesar de las diferencias, todos somos iguales.

miércoles, 27 de junio de 2012

Retirada panameña


La historia será sencilla y escueta, nuevamente, las noticias desde acá se hicieron esperar, pero puede que haya sido porque durante un tiempo no las hubo. Después, cuando aparecieron, había tanto que disfrutar y el internet era tan escaso que todo conspiró para que este momento se retrasara. Pero acá estamos, resumiendo con fotos y algunas pocas palabras los últimos movimientos de nuestra fiel Westy.
Panamá tenía las horas contadas y el tiempo forzoso que tuvimos que pasar en la cuidad nos empujaba desde atrás para seguir nuestro periplo hacia el Norte.
En la Playa de Santa Catalina, que más que algunas olas para surfistas no tenía mucho para destacara, si pudimos, por suerte, destacar dos personas entre la multitud. Ellos son Anand y Amit, dos ingleses de origen indio que nos acompañaron muchos kilómetros hasta Boquete, cerca del límite con Costa Rica.
En dos o tres días pudieron vivir la experiencia acelerada de viajar en camioneta y con
presupuesto algo escaso. Ellos quisieron y dijeron disfrutar mucho de dormir en carpa, dentro de un bar de mala muerte, en un pueblo perdido y fuera de temporada, atendido por un hombre tan amable como bebedor. Nosotros preocupados por ellos, y ellos encantados por vivir un poco fuera de la famosa guía de Lonely Planet.
 En Las Lajas, Pacífico panameño, con Amit y Anand, primero intentamos con la carpa en el pasto, pero por la amenaza insistente de aguacero, sumado a un twister pasando cerca, decidimos trasladarla al bar, que desgraciadamente no fue captado por esta cámara.
 Con ellos llegamos a Boquete, pueblo de montaña, pero sobre todo, un poco de aire fresco para nuestros pulmones, volvimos a usar pantalón largo (sólo un rato) después de muchos meses. Todos los días todos, después de una mañana con sol y calorcito, el cielo descargaba el mismísimo océano durante la tarde.
 Cómo a lo largo de todo el viaje, cruzamos a un grupo de viajeros (Jared, Kobus y Jessica) que viajaban desde Estados Unidos hasta Ushuaia. De Norte a Sur a viceversa, este viaje que estamos haciendo, creemos que es más común que el viaje Buenos Aires- Mar del Plata en Enero. Igualmente, por común que sea cruzar a este tipo de viajeros, siempre es bueno compartir las experiencias y hasta intercambiar guías de países ya pasados como en este caso.
 Camino a Almirante, desde la montaña hacia el Caribe. Un típico parador rutero, con algún menú básico para seguir viaje.
 A partir de este momento, las imágenes son mucho más elocuentes que las palabras, sólo tengo para agregar, que cuando habíamos estado con Clari en Bocas del Toro 2 años atrás, al irnos le dije: "Nunca más vamos a volver acá, por increíble que sea, si tenemos tiempo, vamos a querer conocer otro lugar". Pero como nunca es una palabra que casi nunca hay que decir, la vida misma nos devolvió mucho más rápido de lo pensado a estos pagos.  
Por eso, al volver a Bocas  nos sentimos como de vacaciones. Cualquiera puede apurarse y decir : "Viven de vacaciones", pero no es tan cierto, esta vida requiere de mucho esfuerzo.
 Llegando a Bocas, sin Westy, a hotel, vida nueva.
 Atravesando la isla de Colón en bicicleta, llegando a Bocas del Drago, cansados y con más calor que en el infierno, encontramos un auténtico piquete, pero en vez de no dejarnos pasar, los habitantes de este increíble lugar, nos explicaron que era lo que les pasaba. Estaban cansados de luchar burocráticamente hace más de dos años con las autoridades locales para que no les tiraran la basura del centro en su aldea. Dijeron basta y no iban a dejar pasar más gente. Lamentablemente, como venimos viendo en todos los países, a las minorías sólo las escuchan cuando interfieren con algún interés de los que mandan, como el turismo. Nos dejaron pasar, y nos fuimos con la promesa de ir a hablar a la alcaldía, cosa que hizo Clari al día siguiente. No creemos que la carta amenazante que ella dejó los haya hecho actuar, pero por lo menos es una voz más en el reclamo.
 Después de una hora y media de bicicleta, con subidas y calor, la recompensa fue la playa de las estrellas.
 Sólo pusimos esta foto, pero las estrellas de mar se cuentan de a cien por estos lados.
 Y como todo tiene un final, también Panamá, después de casi tres, salíamos por este ínfímo puente que es el  límite con Costa Rica. 
Después de cruzar, el ritual de pegar la banderita y a descubrir nuevas monedas, nuevas palabras y otra cultura. La próxima entrada viene con el resumen de lo que nos dejó el país. 
Saludos a todos, y la próxima tardará mucho menos en llegar...


lunes, 4 de junio de 2012

Los Imprescindibles

Así como uno se acostumbra a cumplir años el día en qué nació y no otro día o nos habituamos a comer el sandwich de una manera y nó de otra, con o sin mayonesa, con o sin lechuga; así como existen ciertos objetos de los cuales uno podría prescindir para vivir, por ejemplo, en mí caso, la planchita de pelo o el fax o en el caso de Joaquín el peine y el separador de moléculas, existen otros, cuyas características únicas y personales los transforman en objetos cuasi vitales para la supervivencia en este mundo de diferencias y miradas heterogéneas. Repentinamente viajar hasta Alaska nos tiene acostumbrados y las nociones de tiempo, espacio y distancias se convirtieron en algo similiar a Leevon Kennedy, la mujer que jura ser la hija de Marilyn Monroe y John Kennedy, osea, cualquier cosa. Pero no es de Leevon de quien me interesa escribir hoy sino de todos aquellos acompañantes de viaje en cuyas cualidades reposan nuestros sueños repartidos en kilómetros de ruta.
¡Con ustedes, mis lindos lectores, nuestros imprescindibles!
Los Libros
Cortazar, García Marquez, Alejo Carpentier, Felipe Pigna, Edgar Allan Poe, Carolina Licitra, Isabel Allende, Lao Tse, Jodorovsky, Galeano, Abelardo Castillo, Pavlovsky, Roberto Torres, Pacho O Donnell, Sarasola, Sepulveda, Stevenson, Vargas Llosa, Javier Moro, León Tolstoi, Oesterheld, Lanzmann, Gambaro, entre tantos otros autores e historias. La lectura, la mejor manera de viajar y sin dudas, la más barata.
La Linter Vincha o la Vinter Lincha.
Esta diminuta y en apariencia insulsa linterna de cabeza, logra hacer luz allí donde la oscuridad no tiene otro rostro que el del miedo y la incertidumbre. Gracias a la Vinter Lincha, como me gustó llamarla desde el primer momento en que nos conocimos, las noches solitarias en la Westy se convierten en pequeños titilantes diamantes capaces de iluminar las frases más lindas en un libro o encontrar en la mirada onírica del otro nuestra propia mirada. También sirve para cortar las verduras en la noche sin rebanarse un dedo.
Aceite de oliva, ajo y pimienta.
La realidad depende de los ojos de quien la mire, por eso, comer fideos y arroz los 7 días a la semana podría resultar un suplicio para algunos pero una bendición para otros. En nuestro caso y acorralados inevitablemente por el presupuesto viajero, cualquier alimento condimentado con estas tres creaciones divinas, resulta en un plato gourmet difícil de igualar. "Aquí tiene señor, los espaguetis al ajo, con una suave pizca de pimienta y lágrimas del mejor aceite de oliva de la zona" . Conclusión: Los restaurantes chic de Palermo Soho son una chantada.
¿Superstición, religión o potencial nota para History Channel sobre "Los Acumuladores"?
Bien. Arrancamos el viaje con la bendición de mi tío Ramiro, quien empapó a la Westy con litros de agua bendita y nos regaló una discreta y bella cruz de San Fransisco, su ídolo máximo. Dudosos como siempre de nuestra vernácula religión y aunque temerosos de deshacernos de cualquier objeto religioso por miedo a la represalia divina, decidimos abrazarla y sumarla a nuestra compañía cotidiana. Allí está, la crucesita fransiscana, que nos recuerda más a los encuentros con mi tío, sus palabras y cariño, que al mismísimo Francisco de Asís. A la insignia de madera se sumó luego un regaló de nuestra amiga Pachu, durante la estadía en el ventoso e hipnotizante mundo del Chaltén, una pluma de cóndor, ave predilecta de nuestra amiga y claro reflejo de sus ansias de libertad y vuelo. 
Y así, mientras algunos eligen acumular bienes, artefactos, indumentaria, libros o coleccionar mariposas, otros, sin haberlo planeado, nos encontramos coleccionando ovíparos voladores.
La tercera, más no última pluma, pertenece a un guacamayo panameño y por sus condiciones se asemeja bastante a aquellos amuletos o delfines que alguna vez compramos de niños, cuando, convencidos de presenciar el mágico fenómeno a través del cual el delfín cambiaba de color según el clima o el estado de ánimo propio, nos negábamos a tirarlo. Esta pluma, que en primera instancia parece amarilla, logra alcanzar el azul, el verde, el rojo y hasta el dorado. 
Puedo sentir como gradualmente pero a paso intenso, ese puñado de creencias, que no son más que el reflejo inseguro de mi mente, abren paso a un mundo de posibilidades, donde las cruces conviven con las plumas, los cóndores con los guacamayos, los  guacamayos con Francisco y así, caminando al borde de las certezas, lo incierto se hace realidad resultando más cierto que nunca.
La Calculadora o Mi única Salvación
Gracias a la ciencia y a las investigaciones neuro cognitivas personas como yo tenemos la fortuna de encontrarnos amparadas por los resultados positivistas que sostienen y confirman la existencia de hemisferios cerebrales más y menos desarrollados en el ser humano. Desde que nací e incluso desde el momento en que no era más que una célula flotando en la esfera del universo, la matemática, la física y la química nunca fueron mi fuerte. Debo vergonzosamente aceptar que Juan Cruz, mi sobrino de 8 años, realiza operaciones mentales númericas más rápido de lo que mi mente treintañera logra formular, por eso, la existencia de estos aparatos tecnológicos son mi salvación y gracias a ellos, puedo dedicarme a hacer lo que a mi hemisferio más le agrada y para lo que soy verdaderamente competente, la lucha en en el barro. (Si, ustedes porque no me vieron).
Quiero aclarar que por llevar una calculadora a todos lados, no me transforma necesariamente en una persona calculadora.  
Las raíces y las alas.
La familia y los amigos de siempre, esas personas que de alguna manera u otra influyeron en el trazado de nuestra ruta, incluso desde antes de partir, nos recuerdan la importancia de nuestras raíces, del amor a la amistad, a los hermanos y a nuestros padres que, enlazados en la historia personal, resultan tan importantes para uno que terminan siendo el principal motivo sobre la duda del regreso. Pero hay un tema con las alas y el destino y ahí es cuando la pregunta surge. ¿Es posible hacer un verdadero viaje al interior de uno si se vive amarrado a las raíces?. Seguramente habrá tantas respuestas como corazones dispuestos a responder pero de algo estoy segura: trasladarse de un lugar a otro no siempre significa estar en movimiento, como tampoco estar en movimiento significa viajar. Las búsquedas son tan personales como variadas y recordar que tenemos la suerte de buscar, de alguna manera nos  vuelve responsables, a vos, a mí y al oso, a quien el tigre viejo le hacía recordar que nunca el techo ni la comida le harían de faltar.
Uno es lo que hace con lo que hicieron de uno. (Jean Paul Sartre)
La que captura instantes para siempre.
Joaquín y ella, ella y Joaquín. Se volvieron uno desde el día en que se conocieron, como la Vinter Lincha y yo. Esta cámara de fotos significa todo para mi novio-marido, pero no es solo el lente de la máquina la que retrata las más hermosas imágenes cotidianas, las sonrisas más contagiosas o a los perros más cariñosos y divertidos del trayecto, es la mirada atenta del fotógrafo la que crea en un instante una historia que permanecerá eterna.
La Señora Música
Definitivamente es La Señora por excelencia, la primera dama del viaje. Variada y con permanentes deseos de ser modificada, podemos pasar de Vivaldi a Enrique Iglesias sin sentir ni un poco de culpa al respecto. Onda Vaga, Aristimuño, Paco de Lucía, Divididos, Bob Marley, Compay Segundo, Lucrecia, Omara Portuondo, León Gieco, Fito Paez, Cantilo, Los Ramones, Queen, Los Beatles, Los Piojos, Los Redondos, Drexler, Ismael Serrano, Silvio Rodriguez, Calamaro, Geepsy King, Cerati, Guerra (Pedro y Juan), Amaral y muchos más, sin lugar a dudas la música es la única capaz de hacerme sentir acompañada en los momentos en que más sola me siento; la melancolía de La Primavera de Vivaldi, el grito eufórico de Enrique Iglesias (perdón que lo nombre tanto es que Joaquín me conquistó con uno de sus temas y ahora es parte de nuestro abanico musical), la poesía de Aristimuño o lo vivaz y personal de Omara Portuondo, todos ellos me confirman lo que siempre sentí por ella, que sin la música de veras, de veritas, no sé si podría vivir contenta.
Los mapas del camino
A los mapas, como a los miedos, hay que aprender a manejarlos. No es malo andar con ellos un tiempo pero en determinado momento siempre es mejor hacerlos a un lado y enfrentarse a la incertidumbre del caos, tan propia del camino. Viajar con la Lonely Planet como única guía, paradojicamente provoca el riesgo de perderse. Este tipo de libros son muy útiles para echarle un primer vistazo al país que se visita, pero es muy probable que en el camino se dejen a un lado montones de realidades y senderos producto del miedo a salirse de la ruta principal.
Joaquín es un fanático de los mapas de papel. Para el ninguna sensación se iguala a la de desplazar un inmenso mapa sobre la mesa y con un café de compañía visualizar por horas la grandiosidad del mundo.
Las cartas
El resultado es bochornoso. La realidad es angustiante. Mi futuro: de pronostico reservado. Todavía no aprendo. Osea, estoy jugando contra Joaquín, el ser más competitivo del planeta tierra, equiparándose en su sed de gloria al conjunto de laboriosas hormigas que tengo justo abajo de mis piernas, que con sus archi pequeñísimas hojas verdes caminan de acá para allá, incluso aunque sea feriado. El resultado es bochornoso, me da verguenza contarlo. ¿Habla tan mal de mí como creo yo?¿ o acaso debería ser menos cruel conmigo misma?. 
Trucos: Joaquín 61. Clara, 30.  Canasta: Joaquín ganó 23, Clara 10. 
Competencia de separación de las cartas rojas y azules en tiempo más veloz: Joaquín ganó.
Pulseada china: Joaquín ganó por tener la suerte de poseer más masa muscular que yo. 
¿Ven?. ¡Qué alguien venga a jugarle y competirle porque yo ya estoy cansada! 
El Mate
Los vicios son difíciles de explicar. Sería como pedirle a un fanático del chocolate que explique el porqué de su adicción al cacao o como pedirle a Bill Clinton que justifique sus inclinaciones adictivas al sexo. El mate es simplemente el mate, como el cansancio que siento en este momento es simplemente cansancio.
Mis cuadernos de notas
Empecé el viaje con tres cuadernos, todos regalos de personas muy especiales para mí. Uno, ya completo de anotaciones e ideas, fue el primero de todos, anticipándose un año a los otros dos, incluso tiene una dedicatoria que me emociona porque alude a la motivación por parte de ellos dos para que a este viaje lo hiciéramos realidad. Un regalo de Javier y Belén, mis cuñados y amigos. El segundo cuaderno es el de la foto, un regalo de cumpleaños de dos lindas amigas, Celi y Tini. En este cuaderno básicamente anoto frases de la gente que por alguna razón u otra me gustaron o atrajeron, aunque también hay muchos borrones, tachaduras y toda la manifestación de mi inseguridad al escribir. Y el tercer cuaderno es una especie de prolongación del primero, un nuevo regalo de Javier y Belén, esta vez, con dibujos de aviones y gatos elaborados exclusivamente por dos de los más increíbles bebitos nacidos en los últimos tiempos de la humanidad, los mellizos, Joaquina y Benjamín. 
Los tres cuadernos vendrían a ser una especie de borrador de mi persona, los pensamientos en estado puro, primitivos y de secreta naturaleza inconsciente. 
La navaja, el destornillador y el medidor de gomas
Creo que lo primero que compró Joaquín para este viaje fue una navaja. "Nos va a servir para la selva, para abrir latas, cortarnos las uñas pero sobre todo para defenderte en casos de peligro". Eso lo dijo hace un año y algunos meses. Todavía nunca me corté las uñas con la navaja, tampoco me defendió de nadie porque nunca tuvo que hacerlo, en la selva hubiéramos necesitado un machete y abre latas tenemos. Eso sí, la navaja la lleva siempre en su bolsillo...por las dudas.
El destornillador. Bueno, no puedo negar que es útil. Gracias a el Joaquín se convirtió en el mejor mecánico de la Westy, anticipándose a  que los problemitas mecánicos no se transformaran en problemotes. 
El chiste del medidor de gomas es bastante obvio, por lo tanto, ¡imaginen lo que quieran y las que quieran!

Me despido con algunos deseos personales:
-que River ascienda.
-que se compruebe si Leevon Kennedy es o nó hija de Marilyn Monroe y J. F. Kennedy.
-que los que inventaron todo esto de vivir se pongan las pilas y cuenten de una vez por todas porqué lo hicieron.
-que podamos encontrar crema barata para ponerle a los fideos, pero no la crema en lata de conserva, la crema de heladera.
-que a todos los argentinos nos baste llenar nuestras cacerolas con mucho de amor y menos de ambición.
¡Hasta la próxima!